Según la Organización Mundial del Ictus, hasta el 90 % de todos los ictus podría evitarse teniendo en cuenta unos pocos factores de riesgo.
En gran medida, si controlamos los factores que dañan las arterias o si, junto con el médico, controlamos los demás factores de riesgo que podrían provocar la formación de coágulos de sangre, podemos evitar sufrir un ictus.
Actividad física
Realizar actividad física fortalece todo el cuerpo, no solo los huesos y los músculos, sino también el corazón, los pulmones y las arterias. La actividad física podría reducir su presión arterial y ayudarte a deshacerte del exceso de azúcar o colesterol que podría estar circulando en tu sangre a la espera de dañar las arterias.
Se recomienda realizar 30 minutos de cualquier actividad que aumente la frecuencia cardíaca, 5 veces a la semana, pero no te sientas intimidado. Cualquier cantidad es mejor que nada, así que levántate de la silla y corta el césped o juega al escondite con tu hijo; los dos van a verse beneficiados.
